¿Cuántas
veces hemos oído “no me siento realizada”, “no se puede ser feliz porque siempre falta
algo”
Ambas afirmaciones giran entorno a un concepto más
abstracto y difícil de integrar en nuestras vidas: el Ser
En esta primera parte pondremos atención a nuestro ser,
pero no en un sentido abstracto, ni religioso, sino más cercano y efectivo, es
decir esa esencia humana que se
manifiesta en cada decisión, en cada acción, nuestro compromiso con las
consecuencias. Este Ser define nuestra vida y por lo general le prestamos
poca atención, parece que solo reflexionamos sobre nuestro ser de forma
distorsionada, cuando las cosas van mal, fruto en muchos casos, de creencias y
educación negativa.
Veremos que lo que nos hace humanos son nuestras
necesidades y nuestras
1-
EN BUSCA DE LA FELICIDAD
En busca de la felicidad actuamos siempre en función de
nuestras necesidades y de acuerdo con nuestros impulsos para satisfacerlo, y
esto no cambia sea cual sea el ámbito en que nos encontremos, círculo, laboral,
familiar, de amistades, en nuestro tiempo libre
en cualquier momento de nuestras vidas.
Pero ¿son todas nuestras necesidades igual de importantes?
¿Satisfacerlas nos aporta siempre un grado superior de felicidad? ¿Nos hace crecer
como seres humanos?
Vamos ha reflexionar en las necesidades humanas de Abraham Maslow, inpulsor de la
psicología humanista:motivaciones.
Estas necesidades se activan escalonadamente y són los
motores de nuestra acción, pero también pueden solaparse, según los niveles de
satisfacción que hayamos conseguido, y pueden actuar simultáneamente.
En la base de la pidámide encontramos las necesidades fisiológicas, alimentación, descanso y
cuidados esenciales, son las que estamos obligados a satisfacer por nuestro
instinto de supervivencia.
En el segundo escalón, se encuentra la necesidad de seguridad, cuando no esta cubierta nos producirá miedo y
inseguridad. El apego también instintivo desde el momento en que nacemos.
En el tercer nivel encontramos el
amor y la necesidad de pertenencia. Cuando tenemos cubiertas los dos
primeras necesitamos formar parte de un grupo porque somos seres sociales,
familia, amigos deseamos la amistad, afecto familiar.
El cuarto nivel es la necesidad de reconocimiento, deseo de ser respetado, aumentar nuestro prestigio, admiración, poder.
Solemos enfocarnos a los demás para satisfacer esta necesidad cuando en
realidad deberíamos empezar por nosotros
mismos, es decir querernos y respetarnos, eso es autoconfianza y autoestima.
Abraham
Maslow consideraba estos cuatro primeros niveles de la pirámide necesidades de déficit, es decir
motores que solo se ponen en marcha cuando las personas sienten la carencia,
si no hay sed el cuerpo y la mente se olvidan del agua.


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